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lunes, 5 de noviembre de 2018

¿Cómo diagnosticamos el Alzheimer?



       En el Alzheimer no existe una prueba única y específica que determine la presencia de la enfermedad. El diagnóstico empieza con la observación de la historia clínica donde quedan recogidos tratamientos, antecedentes médicos, familiares y otros datos. Además se llevan a cabo análisis de sangre y escáner entre otras pruebas para descartar diagnósticos alternativos.
    El médico realiza la anamnesis sobre los síntomas que presenta el paciente y para ello es necesario que un familiar cercano este presente para proporcionar información relevante. Durante unos meses el paciente es sometido a diferentes tipos de pruebas de memoria y de funcionamiento intelectual como test cognitivos.
        Además  se llevaran a cabo diferentes pruebas de imagen cerebral que nos indicaran la presencia de signos de demencia sin concretar de qué tipo se trata. Entre estas pruebas destaca la Tomografía Axial Computarizada (TAC), Tomografía por Emisión de Positrones (TEP) y Resonancia Magnética Nuclear. En algunos casos el neurólogo puede solicitar un análisis del líquido cefalorraquídeo ya que los niveles de proteínas como la proteína tau o el amiloide pueden ayudarnos a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer.
       En la actualidad existen estudios en curso para desarrollar un método basado en el procesamiento de señales eléctricas que nos permita diagnosticar la enfermedad de forma concreta.

2 comentarios:

  1. Hola buenas, tengo una pregunta sobre las pruebas que se realizan como el TAC y el TEP. ¿Qué se observa para que se pueda llegar a la conclusión de que alguien tiene Alzheimer a través de esas pruebas?

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    Respuestas
    1. ¡Buenas tardes! En cuanto a tu duda me gustaría aclararte que en el caso del TAC podemos encontrar indicios de neurodegeneración, atrofia y lesiones neuronales.
      Por otro lado en el caso del TEP se emplean diferentes sustancias de contraste que pueden permitir valorar el consumo de glucosa en el cerebro, que nos indica la actividad de distintas áreas, o la detección de depósitos de proteína amiloide en el cerebro. Aunque su presencia no implica directamente el diagnóstico de Alzheimer, su ausencia nos indica de manera sólida que la alteración cognitiva no está producida por esta enfermedad.
      ¡Gracias por tu comentario!

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